Deja de poner al apetito en un pedestal
La mayoría de las personas asocian el apetito con el progreso cuando intentan perder grasa… bueno, no podemos culparlos. Muchos expertos en acondicionamiento físico todavía afirman que no es posible que te pongas delgado a menos que te acostumbres a soportar el apetito; así que, naturalmente, llevan a las personas a pensar que están haciendo un buen trabajo al hacer dietas cuando omiten las comidas o evitan comer durante largos períodos de tiempo, lo que redunda en los excesos de calorías cuando aparecen los antojos.
Luego, a la mañana siguiente, cuando se despiertan satisfechos desde la noche anterior, omiten más comidas y se dan palmaditas en la espalda por ser estricto/as. Luego, el festín de la noche comienza de nuevo. No siempre este es el caso y si bien es posible que algunas personas se salten las comidas y se mantengan vacías por horas, definitivamente no es una estrategia que funcione para todos; y, si omitir comidas hace que una persona insaciablemente hambrienta, probablemente no sea la estrategia adecuada para la misma.
El problema del apetito insaciable
Cuando tu apetito sea insaciable, harás lo que sea para dejar de sentirlo y eso significa dejar tener precaución y comer todo lo que puedas. El fastidio por el apetito es tan grande que las cosas se complican tanto por dentro del cuerpo hasta por fuera en las expresiones del rostro o la propia tonicidad de la piel.
El ayuno intermitente es relativo; si no eres lo suficientemente inteligente la rutina se transforma en un ayuno que no es necesariamente intermitente, además es un sin sentido. Se volverá un ciclo infernal del cual no podrás salir, además como empiezas a acostúmbrate a todo, los sentimientos de apetito y plenitud se confunden; ya no sabrías cuando comer y cuando parar y, menos culpar a las comidas por todo.
Quizás aún quieras discutir y decir que todos somos diferentes y que tu experiencia no es la experiencia de todos, y ese es un punto válido. Pero todavía recomendamos que no importa lo que hagas con tu comida, no permitas que tu apetito llegue a niveles insaciables. La pérdida de grasa puede ocurrir, lo creas o no, sin mucho apetito y tu lo sabes o deberías saberlo de hoy en adelante.
Que pasa después de hacer dietas con mucho apetito
La ciencia ayuda a explicar porqué las personas en esta segunda etapa son mucho más propensas al fracaso; en pocas palabras, las personas que han perdido una gran parte de su peso tienen más apetito y un deseo más fuerte de comer durante al menos un año después de la transición de la pérdida de peso al mantenimiento de peso. E incluso cuando sus hormonas envían fuertes señales de saciedad al cerebro después de una comida, todavía no se sienten satisfechas.
Un estudio publicado en el American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, se alinea con un creciente campo de investigación que explora la respuesta tenaz y multifacética del cuerpo a la pérdida de peso. En un intento por garantizar que se recupere el peso perdido, se ha encontrado que el cuerpo humano reinicia su termostato para quemar combustible de manera más eficiente, economizando en los movimientos de quema de calorías y acelerando el impulso de encontrar y comer alimentos.
Los investigadores creen que estas respuestas evolucionaron para proteger a los humanos contra el desgaste en tiempos de apetito. Pero en sociedades donde los alimentos calóricos nunca escasean, estas adaptaciones han funcionado en detrimento de las personas que hacen dieta. Además, en las personas que se han vuelto gordas, hay una creciente sospecha de que estas respuestas se vuelven más difíciles de anular. En los últimos años, los investigadores han encontrado evidencia de que la obesidad hace que el cerebro sea más «sordo» a algunas de las señales de saciedad del intestino y se sintonizan más agudamente con señales de apetito.
Fuente
- Latimes Reviews: Why diets backfire: A year or more after weight loss, the desire to eat grows stronger