Como los polifenoles hacen que los probióticos funcionen mejor
Hoy escuchamos mucho sobre los probióticos y también de los polifenoles, especialmente cuando los yogures populares están fortificados con ellos. Entonces, ¿qué son?… el término probióticos es simplemente una palabra sintetizada para microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que puede tener algunos beneficios para la salud; lo que pasa que en la parte inferior de tus intestinos, tienes un zoológico virtual de microorganismos, entre los cuales, algunos son beneficiosos y otros son muy dañinos.
De hecho, se estima que tienes diez veces más microorganismos en tus intestinos que la cantidad total de células que constituyen tu cuerpo. De los cientos de microorganismos diferentes en tus intestinos, dos generalmente se destacan como estrellas probióticas; el Lactobacillus y el bifidobacterium.
Parece que las cepas seleccionadas de estos microorganismos en particular tienen propiedades anti-inflamatorias, que inhiben la actividad del factor nuclear-κB (NF-κB), el «interruptor maestro» genético que activa la inflamación (referencias 1,2). Ciertas levaduras secretan un factor soluble que también inhibe a NF-κB (3), y este puede ser el mismo mecanismo que usan esas bacterias «amigables» para reducir la inflamación.
Pero este es el problema con los probióticos; tienes que tener suficientes organismos vivos en los intestinos para proporcionar cualquier beneficio. Es fácil fortificarlos en un producto de yogur que se mantiene a baja temperatura, pero lograr que esas bacterias pasen a través del sistema digestivo y lleguen a la parte inferior del intestino grueso es otra historia. Se estima que el 99,99% de los probióticos vivos se digieren en el proceso.
La acción de los polifenoles a favor de los probióticos
Entonces, ¿como se puede mejorar la acción biológica de esos extremadamente pocos probióticos que realmente siguen vivos en el intestino delgado?…. bueno, la respuesta es polifenoles. Al igual que los probióticos, los polifenoles también inhiben al NF-κB (referencias 1,2). De hecho, los polifenoles son los principales agentes que protegen a las plantas del ataque microbiano.
A diferencia de los probióticos, los polifenoles son más sólidos en su capacidad para alcanzar el intestino delgado. Pero al igual que los probióticos, debes tomar suficientes polifenoles para tener un efecto terapéutico en tus intestinos; probablemente necesitarás al menos 8,000 unidades de compuestos polifenoles por día para mantener niveles adecuados de polifenoles en tus intestinos. Esto es aproximadamente diez porciones de frutas y verduras por día.
Pero si deseas reducir significativamente la carga inflamatoria existente en tus intestinos y el resto de tu cuerpo, debes consumir muchos más polifenoles, siendo la suplementación con polifenoles altamente purificados la única alternativa realista.
Y aquí es donde creo que pueden residir los beneficios reales de los polifenoles de la dieta; al reducir la carga inflamatoria en los intestinos, los polifenoles pueden reducir automáticamente la carga anti-inflamatoria en el resto del cuerpo. Entonces, antes de tomar esa próxima porción de yogur fortificado con probióticos, asegúrate de estar tomando los niveles adecuados de polifenoles para certificar realmente que esos probióticos realmente cumplan sus promesas y puedan ser beneficiosos.
Fuente
- World Journal of Gastroenterology – 2010: Effect of probiotics on pro-inflammatory cytokines and NF-kappaB activation in ulcerative colitis
- International Journal of Clinical Practice – 2006: Probiotics modulate inflammatory cytokine secretion from inflamed mucosa in active ulcerative colitis
- Biochemical and Biophysical Research Communications – Journal – 2006: Saccharomyces boulardii produces a soluble anti-inflammatory factor that inhibits NF-kappaB-mediated IL-8 gene expression
- British Journal of Nutrition – 2008: Modulation of signaling nuclear factor-kappaB activation pathway by polyphenols in human intestinal Caco-2 cells
- Molecular Nutrition and Food Research – 2009: Influence of apple polyphenols on inflammatory gene expression