Los caldos en otoño
El otoño empezó a producir el clima frío al cual nos acostumbramos cada fin de año; los caldos son, sin duda, el alimento favorito de esta temporada por su sabor, porque son fabulosos para la salud al ser increíblemente nutritivos e hidratantes, además de ser fáciles de preparar. La clave es elegir ingredientes que mejoren el sistema inmunológico y que nos mantendrán bien nutridos durante los meses más fríos.
Los caldos calientes pueden hacerse de una variedad de ingredientes, preparados en una olla de cocción lenta por la mañana antes de ir a trabajar o ir al estudio; al regresar será una deliciosa opción de comida para la cena. Los caldos más saludables incluyen ingredientes frescos reducidos en grasa, además de muy poca sal y grasas; por ejemplo, las sobras de las otras comidas pueden ser usadas para crear algunas recetas que forman parte de la experimentación y que pueden sorprender al paladar y al organismo, siempre que sean ingredientes orgánicos.
El contenido vegetal en los caldos
La American Heart Association recomienda que los adultos consuman ocho o más porciones de frutas y verduras cada día y los caldos pueden contribuir en ese total. Casi cualquier vegetal se puede usar en los caldos, desde tomates, zanahorias, calabazas hasta carnes vegetales o algunas especiales; es mejor usar vegetales frescos y orgánicos que los enlatados, pues añaden nutrientes específicos sin la toxicidad propia de los alimentos procesados.
El poder de los nutrientes en los caldos
Por ejemplo, los caldos hechos de frijoles, carnes rojas, de pollo o pescado proporcionan proteínas magras, además los frijoles brindan fibras. En realidad cada tipo de carne u hortaliza brinda sus poderes mágicos desde antioxidantes, fitonutrientes o algunos beneficios extendidos que reducen la posibilidad de adquirir una enfermedad; los caldos por lo general contienen muchas vitaminas y minerales, siendo interesantes complementos no solo para la temporada más fría del año, sino para la dieta deportiva.
Los caldos deben ser reducidos grasa
La mayoría de los caldos, si están hechos con carne magra, son bajos en grasa, por lo que son una buena opción para cualquier persona preocupada por su salud y composición corporal.
- Si se usan caldos preparados, es mejor los altamente concentrados en productos orgánicos y deshidratados, sin conservantes o aditivos químicos, incluyendo los colorantes o el glutamato monosódico.
- Es mejor usar leches descremadas y frijoles blancos en puré para espesar los caldos.
- Para reducir aún más el contenido de grasa de los caldos sin sacrificar el sabor, se pueden enfriar, quitar la grasa, volver a recalentar y servir.
Los caldos para controlar el apetito
Como los caldos contienen tanta agua, satisfacen con menos calorías; un estudio hecho por la Dra. Barbara Rolls, Ph.D. de la Universidad Estatal de Pensilvania, fue concluyente respecto a que los individuos que comían caldos de pollo y arroz en lugar de una cazuela de pollo y arroz, consumían menos calorías pero informaban que estaban igualmente satisfechos. Rolls es autora del libro “The Volumetrics Weight Control Plan”, en el que explica cómo al consumir caldos y otros alimentos bajos en calorías y alto volumen mantiene el peso corporal a raya, fortaleciendo al mismo tiempo el sistema inmunológico.
Fuente
- LiveStrong Research: What Are the Benefits of Eating Soup ?