El ácido carnósico y la composición corporal
Recientemente estuvimos por Las Vegas durante el Olympia Weekend compartiendo sobre lo último en nutrición y salud; una de las tendencias se centra sobre un ingrediente (presente en el romero) denominado ácido carnósico diterpénico, que según estudios in vitro induce a las células grasas a vaciar su contenido en el torrente sanguíneo.
El ácido carnósico ya está en el mercado como agente conservador biológico, y su seguridad ha sido bien estudiada; pero, en nuestra búsqueda de más información nos encontramos con otro estudio in vitro, y de acuerdo al mismo, el ácido carnósico ayuda a las células musculares a absorber más glucosa.
El mundo científico lo sabe pero la industria se encarga de expandir su última obsesión sobre un compuesto natural que tal vez hace que las células de grasa sean más pequeñas, pero las células musculares más grandes.
El ácido carnósico y la absorción de glucosa
En el 2014, biólogos de células de la Universidad de Dundee publicaron los resultados de un estudio in vitro en la prestigiosa revista Cellular Signaling. En el estudio habían expuesto las células musculares al ácido carnósico, demostrándose que cuanto mayor era la dosis y cuanto más largo era el tiempo de exposición, más glucosa absorbía la célula muscular.
El ácido carnósico también aumentó la captación de glucosa de las células musculares en presencia de insulina. En presencia de wortmannin o el PI103 el efecto desapareció; estos son inhibidores de la enzima fosfoinositida 3-quinasa.
Una base científica sobre el ácido carnósico
El ácido carnósico es un componente importante de la planta herbácea labial Rosemary (Rosmarinus officinalis), que ha demostrado exhibir una serie de propiedades beneficiosas para la salud. Esto ya lo sabemos pero la industria se centra en sus efectos anti-obesidad, incluyendo su capacidad para contrarrestar la hiperglucemia asociada con la obesidad y la resistencia a la insulina.
Sin embargo, los mecanismos subyacentes a estas respuestas antidiabéticas no se entienden completamente; en la presente investigación hecha con roedores, se planteó la hipótesis de que el ácido carnósico puede actuar para mejorar el estado glucémico a través de la mejora de la glucosa periférica. En este sentido, se demuestra que el ácido carnósico actúa para imitar las acciones metabólicas de la insulina por estimulación directa de la captación de glucosa en roedores esqueléticos, mediante el aumento de la translocación de la proteína transportadora de glucosa regulada por la insulina (GLUT4).
- Mecánicamente, se demostró que el transporte de glucosa inducido por el ácido carnósico dependía de la proteína quinasa B (PKB/Akt) pero no de la vía AMPK, a pesar de que ambas kinasas fueron activadas por el ácido carnósico.
- De forma crucial, de acuerdo con su capacidad para activar la proteína PKB y estimular la captación de glucosa, se demuestra que el ácido carnósico transmite estos efectos a través de una vía que implica la proteína PME-1 (proteína fosfatasa metileesterasa-1), un regulador negativo clave de la enzima proteína fosfatasa 2A (PPP2C).
Sin entrar en tecnicismos bioquímicos, esto significa que el ácido carnósico puede mejorar la homeostasis de la glucosa a través de la mejora de la depuración periférica de glucosa en tejidos como el músculo esquelético a través vías de señalización, mitigando los efectos patológicos asociados con el estado hiperglucémico.
El ácido carnósico y su papel sobre el AMPK
Los investigadores fabricaron células en las que la enzima AMPK ya no funcionaba; la AMPK es una enzima que se activa a través del ejercicio y el ayuno, además aumenta la sensibilidad de las células musculares a la glucosa. Existen algunos propulsores de insulina que la industria de suplementos está experimentando a través de la vía AMPK; en este caso, parece que el ácido carnósico no necesita de la vía AMPK para bombear los músculos con glucosa.
En las células musculares donde los investigadores habían desactivado la AMPK (AMPK-alfa 1-KD) el ácido carnósico funcionó tan bien como en las células musculares, lo cual sorprendió a los más fanáticos de los deportes de fuerza.