Qué debe contener una buena fibra dietética
Un alimento nutracéutico puede proporcionar una utilidad ampliada más allá de su beneficio nutricional; estos beneficios pueden ser tanto físicos como mentales y comúnmente se atribuyen a los componentes activos de los alimentos. Actualmente, los alimentos funcionales y los suplementos dietéticos se comercializan generalmente a grandes grupos de la población total; las evidencias científicas que confirman la relación entre alimentos y salud han promovido el rápido desarrollo de un nuevo mercado de alimentos en los últimos años, el mercado de alimentos funcionales.
La fibra dietética fue originalmente definida en 1972 por Trowell como «la porción de alimento que se deriva de las paredes celulares de las plantas que son digeridas muy mal por los seres humanos» (De Vries, 2010, Westenbrink et al, 2012). Estas fibras han sido conocidas e investigadas desde hace mucho tiempo y de ser considerado como un residuo empezó a observarse como un «remedio universal» que mejora cualquier problema fisiológico dentro del organismo humano.
La fibra dietética no puede ser digerida por las enzimas digestivas humanas a componentes absorbibles en el tracto alimentario superior. En los últimos 200 años, la dieta se ha transformado cada vez más, lo que conduce a un contenido de fibra muy reducido por ello se echa mano a los suplementos dietéticos de fibra dietética que se comercializan típicamente en la forma de una cápsula, de una píldora, de un polvo o de un gel y no se presentan como alimento o comida convencional.
La fibra dietética como una clase de compuestos incluye una mezcla de polímeros de carbohidratos vegetales (tanto los oligosacáridos como los polisacáridos, por ejemplo, los polisacáridos y los polisacáridos), como por ejemplo, los polisacáridos y los polisacáridos, celulosa, hemicelulosas, sustancias pecíticas, gomas, almidón resistente, o inulina que pueden estar asociados con lignina y otros componentes sin carbohidratos (por ejemplo, polifenoles, ceras, saponinas, cutina, fitatos y proteínas resistentes).
En sí, la fibra dietética está compuesta de carbohidratos no digeribles, lignina y otras sustancias asociadas de origen vegetal, fibras de fuentes animales y polímeros de carbohidratos no digeribles modificados o sintéticos. Los cereales son la fuente principal de celulosa, lignina y hemicelulosas, mientras que las frutas y hortalizas son las fuentes primarias de pectina, encías y mucílago.
Cada polisacárido se caracteriza por sus residuos de azúcar y por la naturaleza del enlace entre ellos; el almidón resistente y la proteína resistente soportan la digestión en el intestino delgado. El almidón resistente se compone de cuatro grupos (RS1: almidón físicamente inaccesible, RS2: gránulos de almidón no gelatinizado, RS3: almidón retrogradado y RS4: almidón químicamente modificado); hasta ahora una buena explicación ¿ no ?
Composición de una buena fibra dietética
La naturaleza química de las fibras es compleja; las fibras dietéticas están constituidas por una mezcla de entidades químicas; la elección del método analítico para investigar las fibras depende de la composición de cada fibra en particular, no obstante los científicos de la industria describen como la “fibra dietética perfecta” las que tienen las siguientes características:
- No debe contener componentes que sean nutricionalmente ofensivos.
- Para maximizar su uso, debe ser de alto concentrado en una pequeña cantidad.
- No debe tener sabor ni olores, color o efectos de textura negativos.
- Debe contener un equilibrio entre fibra dietética soluble e insoluble con una presencia aceptable de compuestos bioactivos.
- Su adición no debe afectar a los alimentos a los que se agrega, pero también debe tener una larga vida útil.
- Debe trabajar en armonía con el procesamiento de alimentos.
- Debe tener una imagen positiva del consumidor.
- Debe contener los efectos fisiológicos esperados.
- Debe estar en un precio adecuado.
La ingesta recomendada de adultos para fibra total en los países que han desarrollado pautas varía de 21 a 40 g / día, y la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que la ingesta total de fibra sea de 25 g / día (OMS / FAO, 2003; Medicine, 2001). Sin embargo, las estimaciones del consumo real total de fibra dietética oscilan entre 14 y 29 g / día, y sólo algunos países informan que el consumo de fibra es superior o igual a la recomendación de la OMS.
A lo largo de los años, la fibra dietética ha recibido mucha atención positiva con respecto a su potencial como producto farmacéutico, debido a su capacidad para reducir el colesterol, la diabetes y las enfermedades coronarias y aliviar el estreñimiento.
El consumo de mucha fibra dietética puede prevenir los problemas de absorción de minerales como el hierro, zinc, calcio, no obstante abusar de su ingesta ocurrir gas, hinchazón y calambres abdominales. Por lo tanto es mejor aumentar gradualmente la fibra usada en la nutrición para evitar estos efectos.
Fuente
- Science and Education Publishing: The Application of Dietary Fibre in Food Industry