La frecuencia cardiaca en los ejercicios con pesas
Los ejercicios con pesas para producen aumento un poco mayor de la tensión, pero un aumento de frecuencia cardiaca menor.
Los ejercicios de resistencia son aquellos realizados contra alguna forma de resistencia graduable a la contracción muscular. En la mayoría de las veces, la resistencia son las pesas. Tradicionalmente los ejercicios con pesas son reconocidos por su gran eficiencia en aumentar la masa muscular, siendo por lo tanto muy utilizado en el entrenamiento de atletas. Su práctica deportiva recibe el nombre de musculación, la actividad de gimnasio que más crece en número de practicantes en todo el mundo.
Con cierta frecuencia encontramos la afirmación de que musculación es buena para la estética, pero el corazón exige ejercicios anaeróbicos. El hecho de que los ejercicios con pesas pueden inducir gran aumento de tensión, y la imagen de un levantador de pesas realizando una prueba con carga máxima, quizás expliquen el concepto que muchos profesionales de salud tenían con sentido de que el entrenamiento con pesas tendría una actividad de alto riesgo cardiovascular. Sin embargo, la baja incidencia de accidentes cardiovasculares en el entrenamiento con pesas, y el mejor conocimiento de la fisiología de los ejercicios de resistencia dieron más tranquilidad a los profesionales actuales.
Para evaluar el riesgo cardiovascular de los esfuerzos físicos, sea por aumento de tensión o de frecuencia cardiaca, se acostumbra utilizar el llamado doble-producto, parámetro numérico dado por la multiplicación de la frecuencia cardiaca por la tensión sistólica. En los ejercicios continuos, la frecuencia cardiaca y la tensión aumentan paralelamente con la intensidad del esfuerzo, justificando la indicación de esa forma de actividad física en intensidad baja para personas debilitadas por sedentarismo o enfermedades coronarias.
Como los ejercicios continuos en intensidades bajas ocurren en metabolismo anaeróbico, se creó el hábito de afirmar que los ejercicios anaeróbicos son los más seguros. Sin embargo, esta afirmación no vale para los ejercicios interrumpidos como los ejercicios con pesas. En este tipo de actividad, el carácter localizado y resistido de la contracción muscular determina intensidades relativamente altas de esfuerzo con metabolismo energético predominante anaeróbico, pero con demanda cardiovascular generalmente discreta. La tensión sube siempre un poco más que en los ejercicios continuos, pero generalmente dentro de los límites de tolerancia.
Sólo con la ocurrencia de cargas máximas, ocurren grandes aumentos de tensión. Normalmente los ejercicios con pesas para no atletas son realizados de manera isotónica, y son interrumpidos antes de la isometria. Por otro lado, las repeticiones bajas que normalmente son utilizadas en el entrenamiento con pesas producen un discreto aumento de frecuencia cardiaca. Más adelante, los intervalos para descanso muscular entre las series hacen que la frecuencia cardiaca vuelva casi a los niveles de reposo antes del nuevo esfuerzo.
En resumen, los ejercicios con pesas para no atletas producen aumento un poco mayor de la tensión en relación a los ejercicios continuos, pero un aumento de frecuencia cardiaca mucho menor. Así siendo, el doble-producto de los ejercicios con pesas acostumbra ser bajo, ya habiendo sido demostrado que caminar rápido en un plano levemente inclinado produce mayor sobrecarga cardiovascular que el entrenamiento con pesas utilizando 75% de carga máxima.
La explicación es que la frecuencia cardiaca más baja en el entrenamiento con pesas lleva a la menor demanda de oxígeno, y que la tensión diastólica ligeramente más alta lleva a una mayor oferta de sangre al amiocardio. Esas reacciones cardiovasculares permiten que los ejercicios con pesas sean utilizados por personas con disfunción coronariana, disfunción contráctil o disturbios del ritmo cardiaco, evidentemente cuando deben ser bien evaluados y acompañados por varios test antes de entrenar.