Introducción a la anatomía muscular
Las fibras musculares son determinadas genéticamente. Estimulándolas pueden ser más resistentes o mayores
El tejido muscular es el responsable de los movimientos corporales. Está constituido por células alargadas, «las fibras musculares», caracterizadas por la presencia de gran cantidad de filamentos citoplasmáticos específicos. De acuerdo con sus características morfológicas y funcionales se pueden diferenciar tres tipos de tejido muscular, el músculo liso, estriado esquelético y cardiaco. El liso reviste los órganos internos y son contraídos involuntariamente; el cardiaco (miocardio) músculo del corazón; y el esquelético, los cuales son contraídos voluntariamente.
El músculo esquelético está compuesto por células denominadas fibras musculares. Su tamaño puede llegar a algunos centímetros de longitud. Son finas, largas y multinucleadas. El sarcoplasma de célula muscular constituye de un líquido que contiene proteínas y electrólitos, donde se obtiene energía anaeróbica ( glucólisis ) y es el sitio de la síntesis y degradación de glucógeno y de la síntesis de los ácidos grasos. En el sarcoplasma también se encuentran otros componentes de suma importancia como los «ribosomas» encargados de la síntesis proteica, y las «mitocondrias» responsables por la quema oxidativa de los sustratos energéticos. Además en el sarcoplasma están las miofibrillas que juntas forman la fibra muscular. Esas miofibrillas están compuestas de miles de filamentos proteicos que de acuerdo con sus componentes se dividen en actina y miosina. Esas proteínas quedan entrelazadas dentro de un sarcómero ( menor unidad muscular ).
La contracción muscular ocurre debido al deslizamiento unos sobre los otros de esos miofilamentos, generando una «tensión muscular». Tal evento ocurre inicialmente con un potencial eléctrico de acción de la neurona proveniente de la unidad motora ( punto de contacto entre las fibras nerviosas y las fibras musculares ).
Las fibras musculares se clasifican de acuerdo con sus propiedades de contracción:
- Fibras de contracción lenta (CT), ST = «[slow] [twitch]», tipo I, o rojas;
- Fibras de contracción rápida (CR), FT = «[fast] [twitch]», tipo II, o blancas.
El número y la distribución de esas fibras en nuestro organismo son determinadas genéticamente. por lo tanto son hereditarias. Podemos, entonces estimular esas fibras para que ellas se vuelvan más resistente o mayores ( hipertrofia ). Algunos científicos, afirman que las células musculares son capaces de duplicarse por un proceso denominado hiperplasia.
Dependiendo de la capacidad física objetivada en el entrenamiento, debemos estimular el tipo adecuado de fibras
- Fibras del tipo I por actividades aeróbicas y de resistencia.
- Fibras del tipo II por actividades anaeróbicas, fuerza y velocidad.