Obteniendo más oxígeno
Cuanto más oxígeno haya, el músculo trabajará mejor y podrá crecer más facilmente gracias a la respiración, el débito cardiaco o el oxígeno en la sangre
Para volverse un excelente atleta o para aprovechar al máximo del entrenamiento en el gimnasio, los músculos deben tener todo el oxígeno que ellos necesitan de la manera más eficiente. Para ello se necesita aumentar el débito cardiaco, la respiración, y la cantidad de oxígeno transportada por la sangre; y para lograr esto se puede obtener más oxígeno a través de un buen acondicionamiento físico y/o de la práctica de una combinación de varios deportes, entrenando más de un deporte por vez o incidir en múltiplos factores en el entrenamiento en el gimnasio (fuerza, resistencia y flexibilidad) a la vez.
El entrenamiento y el débito cardiaco
Los principales efectos del entrenamiento sobre el débito cardiaco parecen ser un aumento en el volumen sistólico (un corazón más lleno de sangre) y una disminución en la frecuencia cardiaca de reposo. El mayor volumen sistólico permite que el corazón bombee más sangre de cada pulsación.
- Hay un límite para la frecuencia cardiaca máxima (180-190 pulsaciones por minuto).
- Una frecuencia cardiaca de reposo menor de 50-60 pulsaciones por minuto en un atleta entrenado contra los normales de 70-80 permite que el corazón tenga un aumento mayor de la frecuencia cardiaca durante los ejercicios.
- Un mayor aumento de la frecuencia cardiaca durante los ejercicios, junto con un volumen mayor, aumenta el débito cardiaco y el flujo sanguíneo para los músculos en actividad.
El entrenamiento y el sistema respiratorio
El entrenamiento puede ayudar al sistema respiratorio, disminuyendo la frecuencia respiratoria de reposo, aumentando la frecuencia respiratoria durante los ejercicios y aumentando el volumen de aire cambiado de cada respiración (volumen de ventilación pulmonar).
Estos cambios permiten que los pulmones absorban más aire durante los ejercicios; ya que el entrenamiento también puede aumentar la cantidad de oxígeno que los músculos en actividad retiran de la sangre, lo que probablemente refleja el aumento de las enzimas metabólicas.
La cantidad de oxígeno transportada por la sangre
Quizás ya se ya haya oído sobre los corredores o los ciclistas que entrenan en las montañas; este tipo de entrenamiento puede aumentar la cantidad de oxígeno transportada por la sangre, al obligar el cuerpo a producir más hemoglobina.
Como hay menos oxígeno en altitudes elevadas, el cuerpo responde produciendo una hormona llamada eritropoetina (EPO), que hace que la médula ósea produzca más células sanguíneas y más hemoglobina. El EPO generalmente no es recomendable para pasarlo directamente al torrente sanguíneo porque puede intervenir en la circulación de la sangre, es por ello que se recomienda este tipo de entrenamiento sobre la aplicación de la sustancia.