Científicos descubren que la inflamación ayuda a curar heridas
La sorpresa científica se da mediante el factor de crecimiento IGF-1
Un nuevo estudio publicado por el portal médico FASEB puede alterar la forma como son tratadas las lesiones deportivas relacionadas con el tejido muscular, así como la forma como es hecha la monitorización de las personas que sufren lesiones a quienes se les prescriben medicamentos anti-inflamatorios poderosos por un largo tiempo; esta investigación demuestra por primera vez que la inflamación realmente ayuda a curar el tejido muscular damnificado, poniendo así en controversia la creencia convencional de que la inflamación debe ser ampliamente controlada para incentivar la cura.
Los descubrimientos pueden llevar al desarrollo de nuevas terapias para lesiones musculares agudas causadas por trauma, químicos, infecciones, daños causados por congelamiento, y exposición a medicamentos que causen daños al músculo como efecto colateral.
Además de esto, los resultados sugieren que las terapias existentes y el desarrollo de terapias futuras usadas para combatir la inflamación deben ser cuidadosamente examinadas para asegurarnos de que los beneficios de la inflamación no son eliminados.
Los ingestigadores del Centro de Investigación sobre Neuroinflamación del Instituto Lerner en Cleveland-Ohio; esperan que sus resultados estimulen nuevos estudios para investigar diferentes papeles desempeñados por la inflamación de los tejidos en ambientes clínicos, para que se pueda utilizar los efectos positivos y controlar los efectos negativos de la inflamación en el tejido.
- En el estudio se descubrió que la presencia de células inflamatorias (macrófagos) en las lesiones musculares producen una cantidad elevada de un factor de crecimiento IGF-1 (insulin-like growth factor-1) que aumenta significativamente la tasa de regeneración muscular.
- El informe del estudio muestra que las células musculares inflamatorias producen los más altos niveles de IGF-1, lo que mejora la reparación de lesión muscular.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores estudiaron a dos grupos de roedores;
- El primer grupo de roedores fue genéticamente cambiado para que no pudiera desarrollar respuesta inflamatoria a una lesión aguda.
- El segundo grupo de roedores era normal.
- Cada grupo sufrió una lesión muscular inducida por el cloreto de bario.
Resultados:
- La lesión muscular en el primer grupo de roedores no se curó, pero en el segundo grupo, los cuerpos notaron los daños.
- Otro análisis mostró que los macrófagos presentes en el músculo lesionado en el segundo grupo de roedores produjo un nivel elevado de IGF-1, lo que llevó a una reparación muscular significativamente mejorada.
Citan los científicos que para que las heridas puedan ser curadas, se necesita que la inflamación esté controlada pero no en gran proporción; y esto es lo que puede suceder en muchos casos cuando se toma medicación excesiva con anti-inflamatorios como la cortison que retarda la cicatrización de las heridas.
Este factor de crecimiento semejante a la insulina (IGF-1) y otros materiales liberados por las células inflamatorias pueden ayudan también a curar las heridas.
