Trucos para mantener la grasa corporal ardiendo al rojo vivo
Cuando deseamos bajar de peso o acelerar el metabolismo debemos pensar en como manipular la dieta con algunas trampas al organismo
Cualquier plan de dieta exitoso termina fallando, es la naturaleza de la «bestia», no importa qué tan bien funcione una dieta, no importa lo rápido que los kilogramos extra se derriten en las primeras semanas o meses, con el tiempo, inevitablemente, los resultados llegan a un punto muerto; además la mayoría de las dietas “funcionan” hasta cierto punto, porque al cortar los carbohidratos, el total de calorías o las grasas en la dieta, se está obligando a perder tejido adiposo, por un par de razones, en primer lugar, con un déficit de calorías, el cuerpo compensa el déficit con la quema de grasa y en segundo lugar, cuando se consumen menos carbohidratos, el cuerpo acciona un interruptor hormonal que utiliza la grasa corporal almacenada como combustible.
Suena genial, ¿verdad? Aquí está el problema; el sistema fisiológico humano es sumamente adaptable y en respuesta a una ingesta baja de calorías, el metabolismo cambia para quemar menos calorías cada día; en términos simples, si se come menos, es muy probable que se queme menos.
La historia de la insulina
Cuando se escoge una dieta baja en carbohidratos, los niveles de insulina disminuyen, lo que puede acelerar la quema de grasa, sin embargo, con el tiempo, el metabolismo se detiene porque la insulina es necesaria para sostener la reparación del músculo y el crecimiento. Muy poca insulina durante demasiado tiempo producirá un cortocircuito sobre las ganancias musculares, lo que rebaja el potencial para quemar grasa del cuerpo (ya que la masa muscular es un excelente motor para quemar la grasa).
- En este sentido, la insulina es un arma de doble filo para aquellos que buscan un físico musculoso y delgado.
- La solución: Hacer trampa.
Cuando se interrumpen las dietas con periodos de aumento en la alimentación, se rompen los patrones monótonos que inevitablemente hacen lento al metabolismo; las trampas se deben hacer correctamente, porque si se utiliza la táctica con demasiada frecuencia o de manera descuidada, será contraproducente; presentamos aquí tres estrategias para hacer trampa correctamente.
La Estrategia de 3 días
Si la meta diaria de ingesta de calorías es de 2.500.
- Muchas personas asumen que tienen que alcanzar esta meta y no más, no menos todos los días.
- En cambio, sería más favorable para la dieta pensar en esta cantidad como el promedio; en otras palabras, 1 día se puede comer 2000 calorías, el próximo y 3.000 en el 3er día de 2500, la ingesta calórica promedio durante esos tres días es de 2.500.
- Resumiendo se puede hacer trampa al exagerar las diferencias entre el 1er y 3er día; tomando un patrón de 1500 calorías en el 1er día de la dieta, 2.500 en el 2do y 3.500 en el 3ro.
- El consumo promedio se mantiene en 2500, pero esta variación fuerte en calorías permite hacer trampa por el consumo de calorías mayor en el tercer día.
- Una ingesta calórica extremadamente variable como esta en realidad ayuda a prevenir las llanuras en la pérdida de grasa.
- El cuerpo se adapta rápidamente a la situación actual de comer las mismas 2.500 calorías al día que con una ingesta calórica variable; las hormonas anabólicas potencialmente pueden declinar durante una ingesta diaria estática, pero el cuerpo responde a una carga calórica mayor incrementando las hormonas anabólicas, lo que a su vez estimula el crecimiento muscular.
La ventaja de variar entre un par de días de menor ingesta de calorías y un día tramposo hace el sistema se adapte menos, lo que significa que el metabolismo no se apresurará a reducir la velocidad.
La Estrategia Supercargada de 10 días
Aquí hay un secreto para el corte: se puede derretir la grasa corporal radicalmente haciendo caer las calorías por 2 días de cada 10, siempre y cuando se tenga un día tramposo.
Así es como funciona usando un ejemplo de una dieta de 10 días.
- Un culturista consume 2.500 calorías durante los primeros 2 días.
- En los días 3ro y 4to, bajar la ingesta a 2.200.
- En el 5to y 6to, se disminuye el consumo hasta llegar a 1.200 calorías (es decir, los días extremadamente bajos en calorías).
- En el 7mo día, se regresa hasta 2000.
- El 8vo día es el gran día de trampa, con las calorías saltando a 4.400.
- En el 9no día, se cae de nuevo a 3000, y en el último día, se vuelve a la línea de base original de 2.500 calorías.
- El promedio final de todas las manipulaciones durante los 10 días es de 2370 calorías.
En este escenario, el día tramposo es absolutamente clave.
- Los días extremadamente bajos en calorías probablemente darán lugar a una marcada ralentización del metabolismo, impedir este efecto requiere de un día de ingesta muy alta.
- Los 2 días de 1.200 calorías cada uno, fuerzan al cuerpo a atacar las reservas de grasa corporal para usarlas como combustible, ya que una dieta extremadamente baja en calorías es un estímulo poderoso para la descomposición de las grasas.
- Por otro lado, el día tramposo no sólo invierte una caída de potencial en el metabolismo, sino que ejerce una ventaja anabólica.
- De hecho, sin un día tramposo, esos días extremadamente bajos en calorías son menos eficaces.
La estrategia de carbohidratos bajos y altos
Los culturistas han sabido por años que consumir pocos carbohidratos es una forma efectiva de bajar rápidamente la grasa corporal; cuando caen los carbohidratos, las calorías también caen, más importante aún, una ingesta baja en carbohidratos reduce la producción de insulina, como se ha descrito anteriormente.
- Seguir una dieta baja en hidratos de carbono generalmente menor de 100 gramos (g) al día durante 5 a 7 días requiere el desglose de la grasa corporal y provoca una fuerte caída en el nivel de carbohidratos almacenado en los músculos.
- Cuando los músculos se ven privados de esta manera, el cuerpo más tarde puede manejar una afluencia alta de carbohidratos (como en un día tramposo) sin provocar la acumulación de grasa debido a que los carbohidratos son empacados en los músculos hambrientos de carbohidratos.
- Esta estrategia de engaño puede consistir en levantar la ingesta de carbohidratos de 500 a 700 g por un día.
De hecho, no es necesario limitarse a las dietas comunes de carbohidratos, como el ñame, arroz y patatas, se puede comer pan blanco, bollos, magdalenas sin grasa e incluso galletas sin grasa o tartas.
Cuando los músculos se ven privados de carbohidratos, la elección se convierte en irrelevante, ya que los músculos simplemente «vacían» todo lo que se come; el repentino cambio al consumo alto de carbohidratos ayuda a mantener los niveles de leptina y desencadenar una liberación de hormonas tiroideas, que a menudo faltan cuando los carbohidratos son escasos durante un periodo prolongado de tiempo; estas hormonas ayudan en la pérdida de grasa y mantienen la búsqueda de un físico delgado.