El ejercicio y la aptitud física reducen los efectos del estrés psicológico en la vida
La actividad frecuente es esencial no solo para nuestra salud a nivel físico, también a nivel mental.
Un nuevo artículo publicado por el periódico on-line Public Library of Science refiere un estudio que comparó los efectos del estrés psicológico crónico en individuos sedentarios y físicamente activos; el mismo vinculó el análisis del largor de los telómeros de 63 mujeres saludables en la post-menopausa, los investigadores midieron el tamaño de los telómeros entre las mujeres, después las mujeres tenían que completar una escala de percepción de estrés y tras eso, durante tres días ellas describieron el tiempo diario que invirtieron (en minutos) en actividad física vigorosa.
Después los investigadores calcularon la probabilidad de tener telómeros largos o cortos en relación a la edad, índice de masa corporal, la educación, la percepción de estrés y nivel de actividad.
Entre las mujeres sedentarias, cada unidad de aumento de la percepción de estrés, fue asociada a una probabilidad 15 veces mayor de haber telómeros más cortos, un marcador biológico de envejecimento, sin embargo, entre aquellas que realizaban una media de por lo menos 14 minutos diarios de ejercicio vigoroso, los investigadores no encontraron ningún aumento en las probabilidades de tener telómeros cortos, independientemente del nivel de percepción de estrés.
En otras palabras, parece que las personas que dedican el tiempo suficiente, pero no un tiempo excesivo, a la realización de actividad física desarrollan una mayor resistencia a los efectos del envejecimento provocados por el estrés psicológico.
Los autores proponen varias explicaciones
- La actividad física moderada parece aumentar la producción de antioxidantes endógenos, que pueden amenizar los efectos pro-oxidativos del estrés.
- La aptitud y la actividad física parecen amenizar la respuesta neuroendócrina al estrés, particularmente a nivel de reducción de las respuestas del sistema nervioso simpático y en la producción de cortisol.
- La actividad física parece reducir rumia cognitiva (calma la mente), lo que resulta en menos actividad del sistema nervioso simpático y disminución la producción de cortisol y bajo estrés.
En suma, este estudio sugiere que mantener una actividad física regular, nos protege tanto de los efectos inmediatos como de los efectos del envejecimento provocados por el estrés; es de esperar esto de una especie que evolucionó por vía de un estilo de vida que exigía la actividad física en búsqueda de alimento.